Llega el carnaval ….¿Orugas disfrazadas?

Cuando a mediados o fines del verano vemos alimentándose en las hojas de las tomateras a estas robustas orugas verdes de la polilla del tabaco “adornadas” con múltiples sombreritos blancos, no es que se preparan para el carnaval, sino que han sido víctimas de un parásito. Estamos frente a una compleja e interesante relación entre una oruga, una avispa y un virus.

La oruga de la polilla del tabaco (Manduca sexta) se alimenta de las solanáceas, atacando en la huerta a tomates, tomatillos, berenjenas y ajíes. Una pequeña avispa precisa de estas orugas como “nursery”, ya que sus larvas son parásitas y deben desarrollarse dentro de una oruga viva. Si la avispa simplemente depositara sus huevos en la oruga, el sistema inmune de ésta los destruiría. Pero esta relación es compleja….

La avispa recibe la ayuda de un virus (presente en su ADN) que neutraliza el sistema inmune de la oruga por 6 días, tiempo necesario para que los huevos de la avispa se desarrollen en grado tal que las defensas de la oruga no puedan dañarlos. Además como es importante que la oruga continúe comiendo para “alimentar” a los huevos, la avispa también le altera sus hormonas juveniles impidiendo que la oruga mude a crisálida y deje de alimentarse. De esta forma las pequeñas avispitas pueden completar su desarrollo.

El control orgánico de estas orugas se realiza con Bt (Bacillus thuringiensis) que se comercializa en forma de polvo mojable o en solución, pero a escala hogareña las orugas parasitadas son fácilmente detectables y se las puede retirar a mano. Como medida preventiva es importante aplicar de 2 a 4 paladas de compost por planta, controlar que las plantas no estén expuestas a ráfagas de viento y que no sufran períodos sin riego. Estos factores debilitan a las plantas. Esta debilidad será detectada por la plaga que atacará en consecuencia.

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